Imagínate que te nace un becerro y lo crías hasta el pesaje de matanza. Pero no tienes una báscula y el lugar más cercano está a unos 15 minutos a caballo o en camión. A las 5pm debes llevarlo porque en la mañana a primera hora estará el comprador y tú novillo está grande y fuerte. Ohhh sorpresa, tu animal en la mañana peso 30kg menos de lo que tú pensabas.

Y comienzan las preguntas en tu interior, ¿será que la báscula estuvo mal?, ¿Será que debí esperar un mes más?, ¿Será que yo o mi capataz no hicimos la rotación debida?, ¿Será que la yerba no estuvo en su mejor momento?, Será que el tiempo no me ayudó? Y así continúan estos pensamientos mientras recibes el pago y por último comienza ese resentimiento reptil de «no debí vender, pero ya di mi palabra».

Ahora imagínate que eso fue con un solo novillo, y si hubiesen sido 10, 20, 50 o 100 novillos. No quisieras imaginar de cuánto has perdido por no tener una báscula atreves de los años.

En nuestra experiencia, la decisión se tomó por una perdida aproximada de RD$49,596 en una venta de 101 novillos, cuando el precio por kilo rondaba los RD$66 pesos dominicanos, aparte de los RD$100 pesos dominicanos por animal que el lugar donde se pesaba cobraba. En aquel tiempo se proyectaron las pérdidas que esto acarreaba y se tomó una de las más importantes y principales decisiones para nuestro crecimiento, una báscula en cada corral de trabajo.

Por lo tanto, cada vez que tomamos la decisión de vender, todas estas preguntas anteriormente mencionadas se contestan en la báscula. Es el único lugar donde realmente un ganadero sabe si está ganando o perdiendo o talvez tomar las decisiones correctas para llevar el novillo a mejor termino en el menor tiempo posible.

Muchas veces pensamos que el costo de una báscula es elevado, más sin embargo la perdida monetaria atreves del tiempo es incalculable.